jueves, 13 de agosto de 2015

Una boda en Maratea

Maratea es un pequeño pueblo al sur de Italia, ubicado en un valle en la costa del Mediterráneo. Es un pueblo bellísimo, donde siempre hay una vista, una foto que sacar o recordar en la memoria. Cuando uno camina por Maratea, se deja llevar. Hay infinidad de pasillos todos pintorescos y bellos, que lo invitan a uno a decidir constantemente a donde se debe ir: sigo por acá, agarro ésta escalera, ahora bajo acá, y así.

Llegué en un tren desde Roma que hizo transbordé en Nápoles, que más que un tren parecía el Titanic por la cantidad de gente y bolsos y calor y paradas. Un viaje que se hizo largo, pero aún así interesante siempre el paisaje ventanil, las puteadas de los pasajeros indignados con ese servicio retrasado y rebalsado de gente.

Un tipo que estaba sentado en sus bolsos, cansado de tanta gente y la situación, me mira y suspira (casi como queriendo encontrar un cómplice en su indignación), diciendo al mismo tiempo un cliché: "Mamma mia..." Fue épico. Contuve la risa para seguir vivo. Siguió el viaje y poco a poco el tren se fue vaciando. Bajé en Maratea y Otto ya estaba esperándome en la estación. Es loco y lindo reencontrarse con un amigo del otro lado del mundo, después de años de no verlo. Tengo más reencuentros planeados, así que seguiré experimentando éste fenómeno más seguido.

La boda fue en un gran hotel de Maratea, con pileta, una vista al mar espectacular desde lo alto de un cerro y unos atardeceres increíbles. Los invitados nos hospedamos todos en el mismo hotel, cosa que termino siendo de la boda un pequeño viaje, haciéndonos amigos luego de compartir los días juntos.

Una boda en Italia es muy parecida a una boda en Argentina, sólo que ésta se hizo en un lugar muy especial: Celebración junto a un mar hermoso en plena tarde. Aunque nublado, y con lluvia por momentos, super bello. Recepción, cena, bailongo, torta y dulces, lo típico, con comidas típicas italianas y mucho fruto de mar. Platos realmente exquisitos. Una banda tocó en vivo la música de toda la fiesta (incluído el bailongo), sonaban increíble.

Una fiesta tranquila y elegante, muy linda, parlando piano italiano, english, español y pasando un muy lindo momento junto a los homenajeados y amigos. Una hermosa experiencia compartida, un privilegio enorme haber podido estar en aquel momento.

Las casas desparramadas por Maratea
Lean queriendo arruinar la foto pero la mejoró
Maraselfie

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